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Cristina Hoffman: La emperatriz mundial de Para Tenis de Mesa

  • Foto del escritor: Alejandro Rodríguez
    Alejandro Rodríguez
  • 27 abr
  • 4 Min. de lectura

María Cristina Hoffman es una de las para atletas mexicanas que escribió su nombre con letras de oro en la historia de nuestro país gracias a su dedicación, pasión y amor en uno de los deportes que, gracias a ella, crece cada día más: el Para Tenis de Mesa.


La historia de Cristina Hoffman comenzó el 10 de mayo de 1950 en la Ciudad de México, en una época en la que nuestro país enfrentó la epidemia de Poliomielitis, enfermedad viral que afecta la médula espinal, causando debilidad muscular y parálisis y de la que Cristina se contagió. En ese mismo año, el Dr. Rafael Ramos Méndez fundó la Central Pedagógica Infantil, una clínica de rehabilitación para niños y adultos con secuelas de este padecimiento.



Pese a enfrentar secuelas de la polio, Hoffman cursó los niveles académicos básicos con normalidad, hasta el día en que presentó su examen para ingresar a la preparatoria donde sufrió un accidente que la obligó a usar una silla de ruedas. Esa situación no la limitó y concluyó sus estudios como Contadora, lo que le abrió las puertas para trabajar en el ámbito bancario.


En los 70´s recibió la invitación de la clínica Central Pedagógica Infantil para ser parte del grupo deportivo de la institución. Arquería, atletismo, natación, eslalon, lanzamiento de jabalina y basquetbol, fueron algunas de las disciplinas que la acercaron al deporte de alto rendimiento, pero la que más disfrutó fue el basquetbol.

En 1973 consiguió su pase a los Juegos Parapanamericanos de Lima, donde su deporte favorito no estuvo en el programa, por lo que se inscribió en eslalon y arquería y fue en este último que consiguió la medalla de bronce y así comenzó una carrera deportiva llena de éxito y con logros que trascendieron en la historia del deporte nacional y mundial.


“El haber ganado esa medalla a nivel continental me motivó, me dio muchos incentivos para continuar practicando el deporte, entonces, fue cuando ya me adentré más y más”, recordó la jugadora histórica.


El destino tuvo otros planes para ella a mediados de los 80´s, después de sufrir una lesión mientras practicaba Para Atletismo, encontró otra opción en el Para Tenis de Mesa, disciplina que estaba en desarrollo pero que fascinó a Hoffman desde un principio, al grado de que su esposo contrató un entrenador privado y le compró una mesa para que pudiera practicarlo en casa. Esa dedicación trajo consigo su pase a los Juegos Paralímpicos de Seúl 1988 -los primeros en tener la misma sede que los Juegos Olímpicos-; a pesar de su calificación, no pudo competir por a un problema con su inscripción y su participación internacional debió esperar hasta 1992, en Barcelona, donde logró el undécimo lugar.


Este resultado la motivó a prepararse aún más y así estar al nivel de sus rivales internacionales, objetivos que se cumplieron durante el Campeonato del Mundo de Para Tenis de Mesa en Stoke Mandeville 1995, evento que marcó por siempre su carrera deportiva al coronarse como Campeona del Mundo y obtener su pase a los Juegos Paralímpicos de Atlanta 1996, sin imaginar que ahí escribiría uno de los pasajes históricos del deporte adaptado mexicano.



“Gano el Campeonato del Mundo y eso me da mucha confianza, logro mi clasificación para los Juegos Paralímpicos de Atlanta 96 y ahí se dio algo maravilloso”, recordó con nostalgia.


Hoffman terminó en el primer sitio de su grupo, lo que la llevó a enfrentarse en los cuartos de final a la representante de los Países Bajos, Brouwer-van der Ploe, quien la superó dos sets a uno para meterse en las semifinales y tener el duelo por el pase a la final con la alemana, Gisela Pohle.


Nuevamente, en un duelo muy cerrado, Cristina fue la vencedora y en duelo por la medalla de oro se midió con la número uno del ranking en aquel momento: la austriaca Susanne Schwendtner, misma que superó a la mexicana por dos sets a uno. Con la medalla de plata en sus manos, Cristina Hoffman pasó a la historia al ser la primera exponente mexicana del Para Tenis de Mesa en conseguir una medalla paralímpica, reconocimiento que hasta la fecha ostenta.


“Me hubiera gustado ganar la de oro, pero gané la de plata y para mí fue un gran logro y reconocimiento a mi esposo por todo su apoyo”, añadió.


Los resultados extraordinarios no terminaron ahí. En el Campeonato del Mundo de Francia 1998 conquistó la medalla de oro, plata y bronce en la categoría singles, abierto y en equipos respectivamente, resultados que la posicionaron como la mejor del ranking mundial en ocho ocasiones casi consecutivas, además de ser la mejor para atleta del siglo.


“Para mí fue algo maravilloso porque veo que las cosas cuando más imposibles se ven, y las logras, es una satisfacción enorme”, recordó.


Sus grandes marcas deportivas a nivel Parapanamericano finalizaron en la edición del 2003 en Brasil, al ganar tres medallas de oro, además de quedar invicta en toda la competencia. A palabras de Hoffman, fue la manera perfecta de anunciar su retiro como la mejor del continente.


En los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004 anunció su retiro del deporte como la quinta mejor a nivel paralímpico y la cuarta mejor del ranking mundial; sin embargo, su labor por el Para Tenis de Mesa no terminó y en los siguientes años visitó todos los estados de la República Mexicana y donó equipo para que este deporte floreciera en nuestro país para las personas con discapacidad.


Algunos reconocimientos que recibió durante el siglo XXI fueron: el Premio Nacional del Deporte en 2016 y la creación de la Copa Cristina Hoffman en 2019, que recibió a más de 130 jugadores de 15 países distintos con sede en Cancún, todo esto como homenaje a su aportación y participación en la historia del Deporte Mexicano.

 
 
 

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